Sociable y bueno, se acerca a ti enseguida pidiendo caricias pero se retrae cuando quieres cogerlo y es que ha sufrido mucho abandonado y descuidado, llegó con su cuerpo cuajado de parásitos que hubo que quitar con peinilla después de un buen baño desinfectante. A pesar de que se resguardaba como quien espera un golpe, nos lamió las manos nada más conocernos, sentía miedo pero también esperanza de que, por esta vez, nadie le hiciera daño. Llegó con su compañera Santana y con ella comparte chenil. Se lleva bien con todos los perrillos del refugio. Está castrado y los resultados de su analítica han sido negativos en ehrlichia y filaria, pero positivos en leishmania con un valor bajo. Ha comenzado tratamiento con alopurinol y glucantime, hay que repetirle analíticas a primeros de octubre. Espera en El Hogar de Asís que una buena familia le abra las puertas de su casa y de su corazón.