Ha pasado la cuarentena solo, en el cuarto de baño, porque no había otro sitio y, aunque estaba deseando de salir con los demás perrillos, no ha protestado ni un momento, aceptando dócilmente su soledad. Se lleva bien con todos los cachorros y ahora comparte chenil con dos compañeros.

HISTORIA: Me han dejado atado a la valla del refugio y como soy muy bueno y tranquilo, allí me quedé, esperando que alguien desatara la cuerda que rodeaba mi cuello. La bondad que tiene mi corazoncillo me impidió pensar que quisieran hacerme daño y, como cachorro que soy, en cuanto me dan cariño y alimento, olvido el mal rato pasado y me agarro a la vida con ilusión, por eso, tengo mucha esperanza de encontrar pronto una familia con la que compartir cada día juegos y paz.