Muy cariñoso y alegre, juguetón y muy tierno, como todos sus herman@s. Ha compartido chenil con sus nueve herman@s y su madre, pero ahora, que ya es un poco más grande, lo comparte con cuatro de ellos para mantenerlos con más higiene. HISTORIA: Nuestra madre ha tenido que luchar duro en su vida, tiene alrededor de cu cuello la señal de la cuerda que ha tenido atada durante largos años y, cuando nos tuvo, a mis ocho herman@s y a mí, nos echaron a la calle, ¡y a todos juntos!. Una tarde, ya anocheciendo, abrieron un boquete en la malla del refugio y nos dejaron dentro del patio. ¡Llegamos diez de una vez! Y ahora ocupamos dos cheniles, eso solo los peques, pero, aunque ya no estamos los nueve juntos, nos lo pasamos bomba jugando y jugando. Somos cariñosos, tiernos y bonitos y necesitamos diez familias cariñosas y responsables para que no suframos más, también nuestra madre, ¡pobrecita!.