Pelusa, una perrilla pequeñita y tierna salió de su casa sin que su familia la viera y llegó al Hogar de Asís de la mano de una voluntaria que la encontró en el campo, donde fue a pasar un sábado de sol con la familia. La perrilla se les acercó al olor de la comida y esa fue su salvación. Nadie se explica cómo llegó hasta allí, pero lo cierto es que, como Pelusa tenía su chip identificativo, fue entregada en cuanto sus dueños la localizaron por instagran. Aquí podéis ver a su joven dueña y a ella juntas de nuevo y felices. El chip identificativo en vuestros perrillos es una garantía que os evitará problemas y penas, además de que es obligatorio por ley y demuestra que vuestro perro os importa.