Un poco tímida hasta que conoce tu cariño, pero muy buena y dócil. Su timidez se debe a que espera un grito o un golpe de la persona que tiene cerca y es que su vida no ha debido de ser nada fácil, como la de la gran mayoría de podencos, sin embargo es muy receptiva a nuestras caricias y cada día toma más confianza. Se lleva bien con todos los perrillos y comparte chenil con tres compañeros. Está castrada y tiene sus analíticas al día, es negativa de leishmania, ehrlichia y filaria.

HISTORIA: Me abandonaron en un pueblo rural, aledaño a La Carolina y allí me busqué la vida más mal que bien, solo dos chicas me ayudaron llamando al Hogar de Asís y, junto con una voluntaria de la protectora, pudieron rescatarme de mi abandono. Yo, entonces, estaba asustada porque me habían echado de muchos sitios a los que me acerqué a pedir comida y agua, pero desde que estoy aquí, mi miedo va desapareciendo día a día, porque aquí he aprendido que no debo sentir miedo de todos los seres humanos y que el cariño es lo mejor del mundo. Desearía encontrar una buena familia porque no me puedo quedar aquí para siempre y porque junto a ella nadie me dañaría otra vez.